martes, 1 de noviembre de 2011

Pequeña estrella sin luz.

Casi me veo obligada a actualizar esto. Y no es por ninguna razón importante, como no es importante esto que voy a decir. O mira, si, si es importante. Dejo una canción no conocida, de un grupo poco conocido, pero grande. Muy grande.

Pequeña estrella sin luz. uVe.




"Te escribo desde mi condena, donde las cadenas las creé yo mismo y no quiero escapar de aquí." 


Disfrutadla :)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

V for vendetta.

Sé que no hay forma de convencerte de que este no es otro de sus trucos, pero no me importa yo, soy yo. Me llamo Valerie, no creo que viva mucho más y quería contarle a alguien mi vida. Esta es la única autobiografía que voy a escribir y, ¡dios!, la estoy escribiendo en papel higiénico. Nací en Nottingham en 1985. No recuerdo mucho mi infancia pero si recuerdo la lluvia. Mi abuela tenía una granja en TotterBroock y solía decirme que Dios estaba en la lluvia. Al acabar el colegio, ingresé en un Instituto para chicas, fue allí donde conocí a mi primera novia, se llamaba Sarah. Recuerdo sus muñecas, eran preciosas, creía que nos amaríamos eternamente. Recuerdo que nuestro profesor nos decía que era una fase adolescente que pasaría, a Sarah se le pasó, a mi no. En 2002 me enamoré de una chica que se llamaba Cristina, aquel año se lo dije a mis padres, fui capaz porque Cristina estuvo a mi lado cogiéndome la mano. Mi padre no podía mirarme, me dijo que me fuera y que no volviera jamás, mi madre… no dijo nada. Solo les había dicho la verdad, ¿tan egoísta fui?

Nuestra integridad vale tan poco… Pero es todo cuanto realmente tenemos, es el último centímetro que nos queda de nosotros, si salvaguardamos ese centímetro somos libres.


Siempre supe lo que quería hacer con mi vida, y en 2015 protagonicé mi primera película: Las Salinas. Fue el papel más importante de mi vida. No a nivel profesional, si no a nivel personal, porque conocí a Ruth. La primera vez que nos besamos… sentí que no quería volver a besar otros labios que no fueran los suyos. Fuimos a vivir juntas a un apartamento en Londres, sembró Violet Carson en los maceteros de la ventana, y toda la casa olía a rosas. Fueron los mejores años de mi vida. Pero la guerra norteamericana se recrudecía cada vez más. Hasta que finalmente alcanzó Londres. Después de eso no hubo más rosas; para nadie.


Recuerdo como empezó a cambiar el significado de las palabras, palabras con las que no estábamos familiarizados como colateral y entrega, empezaron a dar miedo. Mientras que otras como fuego nórdico y artículos de lealtad empezaron a cobrar poder. Recuerdo que diferente pasó a significar peligroso, aún no lo entiendo… ¿Por qué nos odian tanto? Detuvieron a Ruth mientras hacía la compra… nunca en mi vida he llorado tanto… No tardaron en venir a por mí. Es extraño que tenga que pasar el final de mi vida en un lugar tan horrible, pero durante tres años, recibí rosas, y no tuve que arrodillarme ante nadie. Moriré aquí, cada centímetro de mí perecerá, cada centímetro… salvo uno. Un centímetro, algo pequeño y frágil, y lo único que merece la pena conservar en el mundo. Nunca debemos perderlo o entregarlo, nunca debemos dejar que nos lo arrebaten… Espero seas quien seas que escapes de este lugar, espero que el mundo cambie y que las cosas mejoren, pero lo que espero por encima de todo, es que entiendas lo que quiero decir cuando te digo que aunque no te conozca, y aunque puede que nunca llegue a verte, a reírme contigo, a llorar contigo o a besarte…, te quiero, con todo mi corazón… te quiero. Valerie.




domingo, 18 de septiembre de 2011

Y respirar tan fuerte que se rompa el aire.

No.
Tal vez pueda seguir pensando que todo esto no es más que un cúmulo de millones de cosas diminutas que a mí se me antojan cual montañas. Tal vez pueda seguir sintiendo que me ahogo cuando tengo todo el aire del mundo, y tal vez pueda seguir escuchando gritos que desquebrajan mi mente, producidos por mí misma.
Tal vez las cosas sólo son así para mí. Pero aún así no dejaré de gritar con palabras mudas que necesito a alguien. Que necesito que alguien me coja la mano y me diga que no la soltará aunque no pueda alcanzar mi montaña, aunque no pueda ahogarse con mi aire, y aunque no escuche mis silencios. Sólo necesito a alguien que me mire a los ojos y comprenda, sin nada más, que lo que necesito es dejar de sentirme perdida, que lo que deseo es encontrar una manera de dejar de ser y a la vez ser. Que necesito desaparecer y existir. Que necesito dejar de pensar en la manera de dejar de pensar.
Sólo necesito a alguien que me ayude a dejar de ser yo, sin dejar de ser yo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

:')

Emoción. Creo que no se puede explicar de otra manera lo que se siente cuando te llaman por teléfono unas personas que, aunque no has visto nunca, las tienes como si las conocieras de toda la vida.
Nervios. Si, nervios al responder al teléfono. Porque sé que esto no pasa todos los días. Porque sé que se me ha olvidado llamarlas. Porque sé que puede que pase algún tiempo hasta que volvamos a hablar.
Y alegría. Porque sé que los 5, 10, 15, ó 20 minutos que hablemos, serán momentos de felicidad. Momentos en los que no pueder parar de reír. En los que todo parece irreal.
Adoro vuestros acentos. Adoro la manera de gritar que habéis tenido al escucharme. Adoro escucharos hablar, aunque me digáis que no sabéis donde estáis, o que os vais a regalar un látigo (jajajaja). Adoro estas conversaciones.
Gracias, por la llamada, y por hacerme reír. Por haber hecho una tarde aburrida, especial.
Gracias, en general. :D

martes, 6 de septiembre de 2011

Histeria

Y es a las altas horas de la madrugada, cuando mis párpados se resistían a cerrarse como si una apuesta ambiplaneada les impulsara mantener a los ojos bien despiertos, me decidí a acomodar bien la almohada para reposar la espalda, que aunque joven, se resiente a posiciones no adecuadas. Empecé lo que allí arriba os muestro...¿algo raro, verdad? (jejejejeje) Todo lo que puede sujerir una simple hoja de papel. Aquella noche tenia los sentimientos a flor de piel:  la cosa no iba para tirar cohetes. Mano y lápiz hacen el resto. Obra ya terminada frente a su creadora se saludan, mientras tanto el tiempo sigue su curso y el sueño imparcial cierra ambos párpados simultáneamente. Adiós a la luz. No se hace esperar y el block se cierra al igual. Hola a la noche en la que apenas brillaban estrellas, menos Luna. Media vuelta. El corazón a mil sin explicación ni sentido...¿oyes eso? es el sonido de la histeria...

lunes, 5 de septiembre de 2011

Medio año.

Resulta que, a lo tonto a lo tonto, han pasado 6 meses. 6 meses desde Marzo. 6 meses desde Barcelona. 6 meses desde My Chemical Romance.Me ha parecido interesante dedicarle una entrada a este día, ya que,hace 6 meses, empezó también, en parte, todo esto.

Hace 6 meses todo estaba un poco desmoronado en mi vida. Resulta que me había dejado los estudios. Mis padres estaban enfadados. Yo estaba defraudada. Todo parecía ser una cuesta arriba que no tenía final. Y llegó el día.
A las 8 de la mañana me subí a un tren rumbo a Barcelona con mi amiga María. Con una maleta y una mochila de My Chemical Romance. Y con unos nervios machacantes.
Tras las 6h aproximadas de viaje, llegamos. Resulta que aquello era enorme. Y que nosotras no teníamos ni idea de donde ir. Había tanta gente... tantas salidas, tantas entradas, tantas cosas. Es completamente distinto a mi pueblo-ciudad. Y no esperaba menos.
Al final compramos un mapa de Bcn, (para el cual nos timaron) y nos dirigimos al metro. Sin haber visto, ni cogido un metro en nuestra vida. Sin saber exáctamente donde ibamos.
Menos mal que hay gente buena en el mundo, y un hombre nos dijo más o menos como funcionaba el metro. Cuál teníamos que coger, y donde bajar. Al subir al metro recuerdo estar un poco asustada respecto a lo leído. A la gente, a andar bajo tierra (y mis oidos...). La verdad, fue agradable.
Cuando llegamos a la parada, nos encontramos a un grupo de chinos que estaban más perdidos que nosotras. Y nos dijeron si sabíamos hablar inglés. La cuestión es que si, pero que nos petamos, asique les dijimos que no, y que lo sentíamos. Y al llegar al hotel nos trataron como si fueramos una kinkis que se han perdido en el universo (xD) Hotel muy pijo+pintas yonkis+hablar raro= tia del hotel asustada. Al llegar a la habitación, lo dejamos todo, comimos un bocadillo, y ea, en busca del sitio del concierto, que según el mapa, nos pillaba al 5º pino.
Más sesión de metro (hasta que María se hizo una experta), andar, andar, andar, y más andar. Paridas. Pérdidas. Gente ayudandonos a situarnos, subir escaleras mecánicas a pie, porque estaban paradas, siempre; y más andar. Por fin encontramos a 2 hombres que nos preguntan si sabemos donde está el Sant Jordi Club. Nos vamos en su búsqueda, y, aleluya, lo encontramos.
Nos ponemos en la cola, y, madre de dios. Ahí hay más gente que en mi pueblo entero. Tras la espera, que no se hizo corta, sinceramente. Llegamos. Corrí, a pesar del dolor de pies. Corrí, simplemente. No veía gran cosa, debido a mi estupenda baja altura (¬¬) Pero ahí estaban Lost Alone. Cuando se fueron, todo se puso oscuro. Y tras media hora de espera, la cual se me hizo eterna, y pensé que mis pies no superarían, salieron al escenario. Lo único que recuerdo fue agarrarle la mano a María, y sentir que volaba. Sentir estar en un sueño. Sentir que nada importaba, que no importaban mis pies, ni mi cuerpo (aplastado por la multitud en NaNaNa). No importaba mi vida fuera. No importaba que mis padres estuvieran defraudados por mi, ni que mi vida se me desmoronara conforme pasaba el tiempo. No importaba nada que no fuera gritar, saltar, agarrarle la mano a María, y sentir. Me giraba para ver la cara de María,y la veía feliz. Vi en sus ojos felicidad. Y pensé que los míos dirían exáctamente lo mismo.

Durante el concierto pasaron más cosas. Al final acabé por el fin, no veía grandes cosas, y me dolían los pies tanto que pensé que tendría que ir al hotel arrastrándome. Pero lo único que se quedó grabado en mi fue el sentimiento de felicidad. Hacía mucho que no sentía así. Hacía mucho que dejé de pensar que los sueños se hacían realidad, y allí estaban ellos. Demostrando que, a veces las cosas no son tan importante como pensamos, y que otras lo son mucho más que la importancia que les damos. Demostrando que a veces la vida si te sonríe. Aunque sea durante 2 horas. Aunque sea gracias a otras personas.

Echo de menos volver a sentir así. Echo de menos el viaje. Echo de menos la complicidad. Echo de menos sus canciones. Les echo de menos. Y en el fondo me alegro de echar de menos, porque eso significa que un día lo viví.